¿Qué es la felicidad? ¿Podemos vivir
sin un ideal? ¿Para qué sirve la filosofía? Estos son algunos de los temas que
ofrece Nueva Acrópolis a los habitantes de la ciudad de Toulouse en folletos
distribuidos a principios de septiembre. Esta agrupación invita a reuniones
filosóficas en su local situado en el número 4 de la pequeña calle cerca de la
Plaza des Carmes.
Son temas de reflexión y discusión
que parecen fascinantes e inofensivos, pero la ADFI, asociación de la defensa
de las familias y de los individuos, la cual acude en auxilio de las víctimas
de los fenómenos sectarios, se sorprende con esta nueva campaña lanzada al
inicio del curso escolar.
Gérard Fodor, presidente del ADFI,
nos informa:
“Bajo
la máscara de asociación cultural se esconde una organización que ha sido
clasificada como secta por dos informes parlamentarios. Y también fue señalada
durante el programa de televisión de Michel Field sobre las sectas, emitido el
7 de septiembre desde la filmoteca de Toulouse. Después de ese programa, Nueva
Acrópolis eliminó toda referencia a su nombre en los folletos que distribuye en
la calle.
La
añadimos al CCMN (Centro de documentación, educación y acción contra la
manipulación mental). Y ese centro tiene un gran archivo sobre Nueva Acrópolis,
como lo hace con las otras sectas.
El
método utilizado por Nueva Acrópolis sigue siendo el mismo, comienza ofreciendo
un curso sobre temas inocuos orientados hacia el helenismo, la filosofía y las
civilizaciones antiguas. Pero luego, paulatinamente va ejerciendo una control
cada vez más restrictivo sobre sus estudiantes y los conduce hacia una
ideología elitista y extremista que repudia la democracia.
Los
miembros que se autodenominan acropolitanos
se saludan al estilo romano con el brazo extendido, y la organización interna
incluye un cuerpo de seguridad que es una especie de milicia interna privada, más
un servicio de inteligencia, más brigadas de trabajo y brigadas femeninas.
Esa
estructura choca con el ideal de hermandad humana que muestran los folletos
distribuidos al público en general.”
¡No es
fácil irse!
Françoise es una cuarentona que
tiene la cabeza bien puesta sobre sus hombros. No es del tipo que se deje
fácilmente manipular ya que ella es psicóloga, sin embargo se sintió poco a
poco manipulada mentalmente hasta el punto que tuvo dificultades para salir de
ese movimiento.
Ella nos contó:
“No
podía creer que fuera una secta ya que yo había entrado en esa asociación
voluntariamente y cuando comencé a escuchar cosas negativas, pensé que solo se
trataba de un rumor malintencionado, pero realmente tomé conciencia de ello cuando
descubrí en internet el informe parlamentario que describe a Nueva Acrópolis
como una secta.
Mi
contacto con esa organización comenzó en septiembre de 1998, me entregaron un
folleto en la calle y fui a una conferencia porque me gusta la filosofía. Se tenía
que pagar pero era un precio bajo, 10 francos por sesión.
Me
sentí halagada por la manera tan agradable como me trataron e inmediatamente me
ofrecieron un curso de filosofía de tres meses. Éste consistía en una reunión
semanal, pero muy rápidamente me pidieron que participara en cada vez más
actividades.
Poco
a poco la disponibilidad requerida se volvió tan grande que estuve presionada a
alejarme de mis amistades y de mi familia. Y ellos te hacen sentir culpable si
te niegas, lograron hacerme llorar cuando me dijeron: 'Eres antisocial'. Ahí es
cuando comencé a seriamente dudar.”
Hoy, Françoise ha trazado una línea
con ese período de su vida. "Me quedé sólo tres meses, pero después de eso
fue una reconstrucción muy larga", nos dice.
Varios miembros de su grupo también
dejaron esa asociación. Ella advierte a la gente: “Los miembros de las sectas
son extremadamente amables, totalmente disponibles y con una capacidad
increíble para seducirte. Les llevará solo unos minutos identificar tu problema
personal, y cuando quieras irte son muy persuasivos para retenerte. Nunca
aceptes una última cita.”
(Nota:
Cambiamos el nombre de nuestra testigo a petición suya debido a que ella
recibió varias amenazas después de salir de Nueva Acrópolis.)
Un poco de historia
Nueva Acrópolis fue fundada en 1957
por un argentino llamado Jorge Livraga quien falleció en 1991. En su
"manual del dirigente", para uso exclusivo de los iniciados del movimiento, el fundador
especifica el enfoque que debe, según él, ser el de su organización:
"Anunciar los cursos sin
insistir demasiado en la doctrina de Nueva Acrópolis, presentándola simplemente
como un instituto cultural privado. Este tipo de propaganda debe ser lo
suficientemente híbrida para no provocar rechazo o sospecha prematura”.
Jorge Livraga también escribió: "El
líder debe aplastar el lloriqueo de la personalidad". Y erigió la
estructura piramidal en su organización porque: "Esa estructura –a ser
creada– se alimenta de los hombres y los transforma en superhombres. Mientras
que los no aptos se quedarán atrás”.
Esa organización ahora está
establecida en 50 países, incluida Francia desde 1973 donde se instaló bajo el
liderazgo de otro argentino, Fernand Schwarz y donde cuenta con más de 2’000
miembros.
Según los informes parlamentarios
Gest-Guyard de 1995 y Guyard-Brard de 1999 sobre sectas, sus ingresos en
Francia se evalúan en más de 4 millones de francos y su herencia francesa en
más de 10 millones.
Nueva Acrópolis anuncia 20’000
participantes en sus diversos cursos y conferencias.
¿Acto heroico?
El tribunal penal de Colmar condenó
el 12 de febrero de 1998 (y esto fue confirmado en la apelación el 18 de
diciembre de ese mismo año) a seis seguidores de Nueva Acrópolis por el robo de
una estatua yacente de 1522 (¡una estatua que pesaba unos 200 kg!).
Los delincuentes arguyeron que el
robo fue "acto heroico" para poder alcanzar el título de caballero.
Tres de ellos fueron condenados a un año de prisión suspendida, un cuarto a
nueve meses, y otros dos, funcionarios locales, a dieciocho meses suspendidos por
complicidad y encubrimiento.
La organización Nueva Acrópolis
especifica que todos los condenados han sido excluidos de su institución.
"No
tenemos nada que ocultar"
Emmanuelle Brousses es la presidenta
de la Nueva Acrópolis en Toulouse, solo anuncia una veintena de miembros para
su movimiento, pero asegura tener miles de participantes en sus conferencias y las
diversas actividades que lleva a cabo esa organización en Toulouse:
"Actualmente tenemos tres actividades por semana", explica.
Ella nos asegura que “en ningún
momento hemos intentado escondernos. No hay voluntad de presentarse con una máscara,
personalmente me aseguro de que el nombre de la Nueva Acrópolis esté en
nuestros folletos.”
La presidenta refuta totalmente el
término de secta y culto: “Nueva Acrópolis existe desde hace casi medio siglo
en muchos países, en algunos de ellos incluso tenemos la condición de ONG
(organización no gubernamental, es decir humanitaria). Somos víctimas de
acusaciones maliciosas.”
En cuanto a las palabras del
fundador, ella las refuta o al menos cuestiona las traducciones publicadas en
Francia: “Livraga escribió en español, hubo malas traducciones e
interpretaciones”.
Con respecto al asunto de la estatua
robada, ella nos dice: “Esos actos no tienen nada que ver con Nueva Acrópolis.
No se cometieron en el curso de nuestras actividades.”
La gerente de Toulouse, que se
incorporó a la asociación hace unos diez años, también afirma que ella nunca
tuvo en la mano el manual del dirigente y que no sabía nada de la jerarquía
interna de Nueva Acrópolis, con sus comandantes, brigadas y su cuerpo de seguridad.
Sin embargo estos se mencionan en muchos libros y artículos que tratan sobre esa
organización.
Observación de Cid
La presidenta de Nueva Acrópolis en Toulouse, o es muy ingenua o está
mintiendo, porque con un poco de investigación se encuentra mucha información acerca
de la estructura interna de Nueva Acrópolis (ver link).
(Fuente:
www.ladepeche.fr/article/2000/09/23/106319-une-secte-qui-s-avance-masquee.html)