La asociación Sophia
(Fundación Sophia y Centro Sophia) fue fundada en 1998 por Francisco Javier
Vilar Rodríguez y Herminia Gisbert Ferrer; y en este artículo un antiguo
miembro relata la verdadera historia de cómo se fundó esa organización (y en
morado añadí mis comentarios).
ORÍGENES
DE LA FUNDACIÓN SOPHIA MÁS ALLÁ DEL MITO
Pertenecí
por 23 años a lo que hoy se conoce como "Fundación Sophia" que fue
producto de una escisión de Nueva Acrópolis.
Tras
dejar de estar integrado al grupo, muchas eran las preguntas que surgieron en
mí, pues es habitual que la historia quede excesivamente envuelta en el mito
cuando la realidad no alcanza, y este es un peligroso instrumento si se coaliga
con la mentira.
Algunos
puntos de las narraciones que cada uno de los movimientos enunciados cuenta
sobre sus orígenes no cuadran con lo ocurrido y mueven a la curiosidad a aquel
que realmente busca respuestas. Intenté entonces surcar las lagunas de las partes
ocultas, visiones parciales y tergiversaciones de la realidad; nunca con mala
intención, si no con la natural necesidad de completar mi propia memoria.
Como
ya he dicho, fueron más de 23 años de pertenencia y entrega a un movimiento del
cual ignoraba parte de su identidad y como decía García Márquez: “La vida no es
la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”.
El
objetivo principal de escribir este artículo es exponer nuestras averiguaciones
con respecto al nacimiento de la Fundación Sophia, más allá de lo que nos han
contado. Otra intención de hacerlo es que pueda servir de guía a quienes estén como
yo en busqueda de respuestas con relación a esa organización.
En
las líneas que siguen hay investigación y vivencias propias que difuminadas por
la "mitología" de los relatos particulares de cada grupo, precisan
tomar forma buscando una visión lo más objetiva posible. Ni mucho menos creo
tener todas las respuestas, por eso escribo en forma de blog, y sólo pensar en
recibir aportaciones fidedignas que pudieran reconstruir mejor el puzle me
llena de entusiasmo. Abajo en los comentarios puedes hacerlo.
He
de decir, para terminar esta introducción, que pregunté sobre algunas incógnitas
que aparecían en mi camino a los responsables de Nueva Acrópolis (a través de
uno de sus miembros) y que no me respondieron. Me encantaría cenar algún día
para preguntarles tantas cosas. Además accedí a documentación publicada por
parte de la Sociedad Teosófica y conozco de primera mano la historia de la
Fundación Sophia en todo aquello que voy a contar, por lo menos hasta el año
2015.
Por
consiguiente, humildemente soy una fuente confiable e invito de nuevo a unos y a
otros a aclarar cualquier punto en la sección de los comentarios.
EL
COMIENZO DE LA HISTORIA
A
mediados de los cincuenta, Ada Albrech y Jorge Angel Livraga Rizzi, eran una
pareja argentina que participaba en la actividad de la Sociedad Teosófica de
aquel país. Dentro de la organización formaron a jóvenes teósofos en la ciudad
de Buenos Aires.
Parece
ser que en un momento dado pensaron que la Sociedad Teosófica había perdido sus
raíces, se había corrompido y ya no guardaba la esencia impulsada por su
fundadora, Madame Blavatsky. Así que en 1957, junto con el grupo de estudiantes
que les seguían, y tras perder algunos enfrentamientos legales provocados por
el intento de crear una "Sociedad de Teosofía Argentina" por su
cuenta, fundaron Nueva Acrópolis.
A
partir de ese momento Nueva Acrópolis seguiría sus propios derroteros separada
de la Sociedad Teosófica; esta se desvinculó inmediatamente de los destinos que
a partir de ese momento guiarían a Ada, Jorge y compañía.
El
mito que se creó y que se cuenta todavía hoy en día en la organización Nueva
Acrópolis matiza esa fundación con algunos datos interesantes para nuestro
estudio.
En
primer lugar, parece ser que Sri Ram, presidente de la Sociedad Teosófica por
aquel entonces, le indicó directamente a Livraga que fundara un nuevo
movimiento, puesto que "la Sociedad Teosófica estaba ya vieja y corrompida
y hacía falta una renovación".
Y
la prueba que se da de la relación de Sri Ram con Jorge Livraga es una
fotografía en la que aparece en la parte exterior de un coche. Sri Ram de
fondo, sentado en el interior, mira al frente y al vacio mientras que Livraga
da el frente a la cámara a modo de una selfie actual.
Esa
fotografía, según algunos, fue realizada en le Paseo de la Reforma de la Ciudad
de México en una visita del presidente de la Sociedad Teosófica para dar unas
conferencias.
Sea
como fuere, para los grandes dirigentes de Nueva Acrópolis, esa foto es un
testimonio de legitimización por parte de "la tradición iniciática y la cadena
discipular" para el nacimiento de Nueva Acrópolis, y que según ellos elimina
cualquier sombra de conflicto en la creación de la escuela del "hombre
nuevo".
Destaco
este dato porque muchos detalles se repiten después en el nacimiento del Centro
de Estudios y Fundación Sophia.
(En realidad esa historia es falsa como se los demuestro en este
otro capítulo
link)
EL
MITO: Livraga recibió el mandato de los maestros de sabiduría vía Sri Ram para
crear un movimiento nuevo y renovado, él vendió lo que tenía y dio comienzo, en
solitario, la creación de Nueva Acrópolis.
LA
REALIDAD: Livraga no estaba solo, su pareja Ada le acompañó y fue protagonista
en igualdad de la creación de Nueva Acrópolis.
Nueva
Acrópolis siguió su camino con Ada y Livraga al frente y esos fueron años de
muchas victorias y expansión, tanto en Latinoamérica como en Europa, donde se
alcanzó gran éxito en Francia y España.
También
llegaron los primeros problemas con la prensa tras las acusaciones de filo-nazismo,
secta, paramilitares, etc., aunque la verdad, por lo menos cuando yo estuve, no
era para tanto.
Según
nos contaban en los 90's, los actuales presidentes de la Fundación Sophia y
directores entonces de la sede de Nueva Acrópolis en Palma de Mallorca, la
iglesia y los poderes fácticos se ensañaron contra el movimiento acropolitano porque
no les interesaba que las ideas de Nueva Acrópolis, que estaban destinadas a
cambiar el mundo, se extendieran en la sociedad.
Delia
Steinberg Guzmán, una de aquellos jóvenes de Argentina, aunque no sé si estaba
en los inicios de Nueva Acrópolis pues en 1957 ella tenía apenas catorce años, en
un acto de valentía y audacia fundó en 1972 Nueva Acrópolis España. Y aquel
mismo año, o uno después, llegaría a Francia con apenas 22 años Fernando
Schwarz, quien junto con ella y otros "discípulos argentinos" harían
crecer el movimiento en Europa de un modo paulatino hasta desbordar el
entusiasmo de sus fundadores y maestros.
¿Qué pasó con Ada
Albrech?
Pocos
son los miembros de Nueva Acrópolis que conozco desde 1991 hasta el día de hoy que
sepan de la existencia de esta co-fundadora del movimiento acropolitano, debido
a que se aplicó hacia ella una eliminación de su presencia en Nueva Acrópolis de
una eficacia increíble.
Se
dice que en el año 1981, en la reunión internacional celebrada en Roma, 24 años
después del inicio de Nueva Acrópolis, Livraga anunció a todos los presentes y
con toda la "oficialidad posible", la expulsión inmediata de Ada
Albrech y la prohibición de que se practicara el mando conjunto de hombre y
mujer dentro de Nueva Acrópolis, tal y como se había venido haciendo desde
1957.
Evidentemente
las causas reales de esta separación personal las desconocemos y excepto que
alguno de los que sabe hable, no creo que yo las pueda averiguar por mis
medios.
Lo
cierto es que la división de Nueva Acrópolis fue, como siempre es, un tema
personal. ¿Pero quién me iba a decir que aquello de que "no puede haber
mandos conjuntos" afectaría directamente a nuestras vidas?
(Ese cambio de mandato que ordenó Livraga provocó muchos
divorcios, pero a él no le importó el daño que su decisión provocó, él solo
quería que los demás también padecieran su berrinche. Y las causas son muy
simples de explicar: Livraga estaba envidioso del gran carisma que tenía Ada y
tampoco le gustaba que ella lo contradijera. El típico machista que no soporta
que una mujer lo opaque.)
Ada
se fue y fundó "Hastinapura", una organización que todavía continúa
su actividad sobre todo en América Latina. Ella era fuerte en la parte
académica y desarrolló en los 24 años que trabajó en Nueva Acrópolis gran parte
de las cátedras que componían su programa de estudios.
Ella
fue la creadora del famoso temario de "psicología discipular" que aún
cursan muchos de los miembros de Nueva Acrópolis y que en Fundación Sophia ha pasado
a llamarse "psicosophia".
La
labor de su organización se veía más marcada por el orientalismo y en su cariz
de espiritualidad, que por la militancia y el trabajo voluntario por los que
destacó Nueva Acrópolis.
LA
FUNDACIÓN SOPHIA SURGIÓ DE NUEVA ACRÓPOLIS
Para
continuar nuestra historia volvamos a España, concretamente a la ciudad de
Valencia. Poco después de la separación de Ada y Livraga, y el consiguiente
"trauma" que esto implicó para Nueva Acrópolis, llegaron a la sede de
esa ciudad Herminia Gisbert Ferrer, primero, y Francisco Javier Vilar
Rodríguez, más tarde.
Ellos
serían los creadores y actuales presidentes del Centro de Estudios Sophia y
Fundación Sophia.
Ellos
me dijeron el año exacto en que se conocieron y cuando cada uno entró en Nueva
Acrópolis, pero no lo recuerdo y no es momento para ir a preguntarles
exactitudes ahora.
Herminia
era una madre muy joven con dos hijos y su pareja, Víctor Martínez, quien también
militaba en el movimiento acropolitano. Mientras que Francisco era hijo de una
familia bien posicionada.
Herminia
y Francisco se enamoraron con la evidente tormenta emocional que eso supuso
para los tres: el padre de los niños y los dos amantes. Aproximadamente en el
año 1986, después de los problemas personales que el romance entre ellos había
provocado y con un ambiente enrarecido en la micro sociedad que suponía Nueva Acrópolis
Valencia, ellos se vieron forzados a emigrar a Madrid donde desde aquel momento
no sólo colaborarían activamente en las actividades de la sede central de
España, sino que estarían a un paso del despacho de Livraga y Delia, los máximos
responsables de la OINA (Organización Internacional Nueva Acrópolis).
EL
MITO: Francisco y Herminia se volvieron a encontrar en esta vida y decidieron
ir a Madrid con los maestros de Nueva Acrópolis para formarse y seguir su
destino fundando un escuela de filosofía a la manera clásica en Palma de
Mallorca.
LA
REALIDAD: Francisco y Herminia se enamoraron, ella se separó de su entonces
marido y por las presiones de sus compañeros y jefe de filial en Nueva Acrópolis
Valencia, tuvieron que huir a Madrid obligados por las circunstancias.
Según
mi recuerdo (puede no ser exacto), pasaron poco más de dos años hasta que por fin
les fue concedido aquello que la pareja buscaba para sí desde antes de pisar la
sede central de Madrid y que era poder fundar Nueva Acrópolis en algún lugar de
España que todavía no estuviera "conquistado".
Entonces
Francisco y Herminia con sus dos hijos, niños aún, junto con un joven aprendiz
nacido en la Isla de Formentera, Antonio Marí, se embarcaron para crear la sede
de Nueva Acrópolis en Palma de Mallorca.
El
primer sitio donde desarrollarían sus actividades mantendría oculta su
identidad durante los primeros tiempos debido a la mala prensa que tenía Nueva
Acrópolis. Esta "sede oculta" estaría en la calle Marqués de
Fuensanta de la capital mallorquina.
Un
año más tarde, con parte de la herencia recibida por Francisco de su padre, ellos
lograron lo suficiente para dar el inicio de una hipoteca, adquiriendo así un
piso en la Calle Rubí n°8, la que sería la sede oficial, ahora sí, de Nueva
Acrópolis en Palma de Mallorca y donde llegaríamos muchos de los protagonistas
de la historia de los primeros años de Centro de estudios Sophia y Fundación
Sophia.
Esto
ocurría en el año 1989-1990 y el que escribe este artículo conocería Nueva
Acrópolis y a sus dirigentes en Palma de Mallorca (Francisco y Herminia) en
julio de 1991, por lo que a partir de esa fecha mi fuente soy yo mismo. Antes
fue lo que me contaron.
Durante
varios años se trabajó constantemente en la restauración de aquella casa en el
tercer piso cerca de la Plaza Mayor de Palma. Los momentos más duros fueron los
años 90 y 91, pero pude vivir muchas jornadas de trabajo que iban desde las
18:00 horas hasta altas horas de la madrugada y a un ritmo incesante.
Gracias
a las cuotas que pagábamos, las donaciones que hacíamos y el trabajo que
desempeñábamos como voluntarios (discípulos) de Nueva Acrópolis se consiguió por
medio del esfuerzo y el convencimiento de todos, que aquella ruina se
revalorizara, y en 1996 con cuarenta miembros en la sede de Palma, aquella
propiedad se vendería por seis veces más de lo que se había comprado y pagamos
todos con nuestro sudor. Tengo las cifras pero quiero ser cauto ante posibles
implicaciones legales y no las publico.
Con
el dinero recaudado por la venta del inmueble de la calle Rubí se adquirió una
finca de tres niveles en la calle Jaime Ferrer n°3 de la ciudad mallorquina.
¿Que en qué estado estaba la casa? Completamente devastada por los años de no
usarse y con la necesidad urgente de restauraciones pues su integridad
estructural se encontraba en peligro.
A
partir del año 1996 hasta principios de 1998 la actividad principal de los
acropolitanos en Palma de Mallorca fue la reconstrucción y el trabajo duro e
incesante para rehacer esa nueva propiedad adquirida con la venta y con los
créditos que algunos de los miembros tuvieron que solicitar a sus bancos para
completar las cantidades de la compra y restauración de la misma.
Esa
iba a ser teóricamente la nueva sede de Nueva Acrópolis y nuestro lugar para
"expandir el ideal". Durante esos dos años las jornadas de trabajo se
alargaban siempre hasta altas horas de la noche. Dormíamos mal, comíamos peor y
dedicábamos toda nuestra energía a un proyecto en el que queríamos creer a
cualquier precio porque hubiera sido hermoso.
Hago
aquí un paréntesis para que el lector se pregunte: ¿a quién creen que
pertenecía la primera casa, la de la calle Rubí? Si, estaba escriturada a
nombre del matrimonio Vilar, pero ¿quien la había pagado y reconstruido?
Habíamos sido nosotros sus “discípulos”.
Y
respondiendo esto entonces podrá contestar: ¿quién compró entonces la casa en
ruinas de Jaime Ferrer en la Lonja de Palma de Mallorca, que es la actual sede
central del Centro de Estudios Sophia y la Fundación Sophia y que costó sobre
escritura un 60% de lo que se había sacado de Rubí, la primera propiedad?
Fuimos nosotros
¿Dónde quedó el
restante 40%?
Se lo quedaron los
Vilar.
Las
hipotecas de las dos casas se habían pagado con las cuotas, las donaciones y el
trabajo para sacar recursos que hacíamos los voluntarios de Nueva Acrópolis,
todo ese empuje e idealismo era por el proyecto y motivaciones venidas de las
doctrinas de Nueva Acrópolis.
Y
si, ya sé, que inocentes fuimos, pero creíamos en lo que hacíamos y en la gente
con quienes lo hacíamos. Esto será importante para comprender mejor el "complemento
a la realidad" de la escisión de la sede de Nueva Acrópolis en Palma de
Mallorca que tuvo lugar en 1998.
En
el verano de 1997, ya avanzada la obra, por lo menos en lo que iba a ser la
parte pública, yo mismo coloqué la placa de "Nueva Acrópolis" en la
puerta de entrada de la finca, en preparación de la inauguración de la misma.
Para
ello, Delia Steimberg, ya en ese entonces Presidenta internacional tras la muerte
de Livraga que ocurrió en octubre de 1991, y Antonio Alzina, Director Nacional
de España, asistieron al evento.
En
esos días se resolvería la clave principal de los motivos del por qué nos separaríamos
de la organización madre, cómo se haría, y cómo nacería la organización Sophia
en sus distintas presentaciones como asociación y fundación.
"NO
SE QUEDARÁN CON EL PATRIMONIO DE MI FAMILIA"
En
los días en que se inauguró la sede de Nueva Acrópolis en Palma de Mallorca, en
aquella flamante casa que habíamos restaurado con gran esfuerzo y entusiasmo,
pasó algo de gran importancia para el futuro de todos nosotros. Y como tantas
cosas que ocurren en la vida, uno no es capaz de ver su significado hasta que se
toma la perspectiva temporal y espacial de los acontecimientos.
Metido
en la burbuja de la doctrina acropolitana e inserto en el ritmo frenético de
una militancia sin medida, hay muchos gestos, frases, comentarios y hechos que
no pueden interpretarse correctamente por esa misma vorágine de la que les hablo.
Además,
de forma muy sutil y paulatina, te vas prohibiendo a ti mismo mirar ciertos
detalles que en circunstancias normales te harían saltar la alarma de la
conciencia y captar el desajuste que en realidad esta pasando. No sé si es
complicado pero los que hemos estado en esta situación entendemos perfectamente
lo que es eso.
La
cuestión es que volviendo de uno de los actos con motivo de la presentación de
la casa a los máximos dirigentes de Nueva Acrópolis, yo vivía en aquel entonces
en el mismo edificio que Francisco y Herminia, y les acompañé a su departamento
para ayudarles a llevar algo de víveres.
El
ambiente era tenso pero ya estaba acostumbrado a esas cargas psicológicas que
constantemente nos hacían nuestros “maestros” estar en vilo, preparados para
cualquier cosa. En un determinado momento y fruto de una conversación que yo no
seguía entre el matrimonio Vilar, Francisco dio un fuerte golpe sobre la mesa y
dijo algo muy parecido a: "¡Puta Madre se van a quedar con el patrimonio
de mi familia!".
Si
bien me llamó la atención por la virulencia de la expresión, lo dejé en el
estante más alejado de mi conciencia, pues aquello que no podía analizar, Nueva
Acrópolis me había enseñado a considerar que no tenía que enfocarlo con el
criterio cuando se trataba de nuestros instructores.
Herminia
le hizo rápidamente un gesto señalando con sus ojos a mi persona, como
recriminando al enojado Francisco que se expresara tan libremente delante de
uno de sus alumnos. Y por increíble que parezca, este suceso no tomaría
significado para mí hasta bien entrado el año 2015, 18 años después.
HACIA UNA
INMINENTE ESCISIÓN
En
el otoño de se mismo año (1997) fue la primera vez que escuche por parte de Francisco
y Herminia que la situación respecto a Nueva Acrópolis y sus dirigentes estaba
muy deteriorada.
Para
los cursos que cada año se celebraban en un pueblo llamado Chinchilla de Monte
Aragón (Albacete-España), donde Nueva Acrópolis tiene todavía una casa para ese
uso, se maniobró con planificación para que acudieran dos o tres personas
estratégicamente elegidas, y las llamadas "Fuerzas Vivas" de Palma de
Mallorca en su conjunto no se presentarían pues la escisión se estaba gestando,
aunque se quería dar la apariencia de normalidad y se pusieron excusas falsas
para justificar la ausencia del circulo interno.
Desde
finales de 1997 hasta el 2 de mayo de 1998 se gestaría la escisión de la que
nacería la organización Sophia... pero aún no lo sabíamos. Y para dar un
pretexto a esa escisión se comenzó la concepción de todo un mito al respecto.
Durante
los meses, desde la inauguración de la sede de Nueva Acrópolis en el verano de 1997,
hasta mayo de 1998, se fue preparando uno a uno a todos los que pertenecíamos a
Nueva Acrópolis en Palma de Mallorca para que estuviéramos preparados y
permaneciéramos unidos para lo que se avecinaba.
El
lector debe darse cuenta que para nosotros era muy importante en nuestras vidas
todo aquello, le habíamos dedicado una entrega absoluta y una gran dedicación.
Poco
a poco, por grados se nos informó que Nueva Acrópolis estaba ya muy corrompida
y que la sucesión de Livraga, del que pocas veces se había hablado mal no había
logrado mantener la pureza del ideal, y que por más que Francisco y Herminia lo
habían intentado (en los últimos años habían ostentado algunos cargos
internacionales de menor importancia) ellos no habían conseguido reencauzar los
destinos de "el Ideal" y que por lo tanto era necesario "crear
algo nuevo".
Así
es, efectivamente los mismos argumentos que 40 años antes habían dado Jorge
Ángel Livraga y Ada Albrech para crear "algo nuevo" escindiéndose de
la Sociedad Teosófica y llevándose a todos los que pudieron. De la misma manera
sucedió aquí. La historia se repite…
Así,
el viernes 1 de mayo de 1998 se convocó un retiro extraordinario de tres días
en un antiguo monasterio en la cumbre de una montaña (El Puig de María en Pollença)
para comunicar algo de vital importancia para todos, pero que la mayoría ya
sabíamos: nos separábamos de Nueva Acrópolis, y Javier y Herminia se iban con
todo y con todos.
Entonces
se tuvo que empezar la confección del mito que entre otras cosas era necesario
que llevara los siguientes ingredientes:
1)
La organización madre estaba corrupta y sus dirigentes habían perdido el
sentido del honor y la dignidad. Con ello se ponía de manifiesto la
imposibilidad para cualquier discípulo "sano" de seguir sirviendo al
Ideal en aquella organización decadente. (Los dirigentes de Nueva Acrópolis eran
los malos).
2)
Los maestros Francisco y Herminia habían hecho todo lo posible por enderezar el
rumbo del Ideal, pero ante el ya muy avanzado deterioro de Nueva Acrópolis,
ellos no habían podido hacer nada. (Francisco y Herminia eran los buenos).
3)
Y la legitimación por parte de la tradición para realizar lo que estaba por realizarse
vendría de dos frentes:
A)
El Guardián de los Sellos de Nueva Acrópolis era por aquel entonces Horacio Labat.
Este era un cargo, digamos "espiritual", dentro de la organización. Él
guardaba la rectitud y el rumbo más elevado para que los arcanos que se habían
marcado en los inicios no se desviaran.
Pues
bien, esta persona, según nos contaron, otorgó su visto bueno tras reconocer
que Nueva Acrópolis estaba deteriorada y comprender que se tenía que hacer "algo
nuevo y renovado".
B)
Y un maestro invisible de origen egipcio que supuestamente le hablaba en sueños
a Francisco y le daba enseñanzas y le indica las acciones a acometer con el
destino del grupo, también dio su visto bueno para la separación.
Ya
estaban los ingredientes y durante tres días se estuvo hablando y justificando
la escisión hasta dejarnos completamente convencidos de la necesidad de
emprender ese nuevo camino.
Ojalá
alguno de los que estuvo allí me ayudara a confeccionar una lista con todos los
argumentos de peso que se nos esgrimieron para justificar aquello y firmar el
acta notarial en la que comunicábamos el abandono en masa de todos y solicitábamos
expresamente no ser molestados por ningún miembro de Nueva Acrópolis.
Si
alguno lee esto espero se anime y sería un buen trabajo para insertar. Se
realizaron suntuosas ceremonias de inauguración y se dio comienzo a un nuevo
movimiento.
¡Había nacido Sophia!
Aquí
acabamos esta parte, Francisco y Herminia a partir de ese momento eran dueños y
señores absolutos de los destinos de la nueva organización y de los casi
treinta "discípulos comprometidos", los que participamos durante años
en la construcción de lo que debía ser una organización pura, con altos
ideales, que expandiera las ideas de la sabiduría atemporal por el mundo y
lograra hacer lo que los otros intentaron, pero sin los fallos que los otros
tuvieron. El futuro estaba servido.
OBSERVACIÓN
DE CID
Como toda secta,
Nueva Acrópolis hace su fortuna explotando a sus seguidores, nada más que en
este caso a la pareja Vilal no les hizo gracia que Nueva Acrópolis se fuera a
quedar con el patrimonio que tan duramente su grupo personal de discípulos había
generado, y es por eso que ellos decidieron separarse para crear su propia
secta que es una copia barata de Nueva Acrópolis